Kazmir tiene la obligación de clavar la bandera en territorio de Boston y mostrar las aspiraciones de Tampa de ganar el liderato de la Liga Americana.
Anoche el pitcheo estuvo excelente, pero los bateadores no fueron a jugar. Sólo aparieron unos espectros o fantasmas de Peña, Longoria y compañía en el cajón de bateo.
¿Les pesó el momento, lo que estaba en juego? Puede ser. Tampa fue el equipo con mejor rendimiento en su casa.
Durante la temporada regular, Kazmir registró 0-2 y ERA de 9.0 en 18 entradas ante Boston.
El derecho de Medias Rojas viene de una lesión en la espalda, y no lanzó bien ante los Angelinos. Por lo que los Rayos podrían tener un espacio para conectarle. Aunque debo aclarar que es uno de los tipos con mejor récord en postemporada.
Durante el año, Beckett le lanzó a Tampa en 5 juegos, con 2-1 y 2.06 de efectividad en 35 entradas.
A las 20:07 hora del Este de USA empieza el partido.
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Deporte cubano y profesionalismo… ¿conceptos antagónicos?
Beijing 2008 fue para el deporte cubano la señal de que algo no marcha bien, que urgen medidas radicales para recuperar terreno y ese es un sentir generalizado en la población de la Isla, incluyendo integrantes de la directiva de la actividad física en el archipiélago y la prensa especializada, entre los cuales se cierne la idea de la apertura a la participación de sus atletas en el deporte rentado.
“Es obvio que Cuba necesita abrirse a donde haya mejor calidad en cada uno de los deportes, y eso es el profesionalismo. La mejores ligas del mundo en varias disciplinas son las comerciales y es ahí donde está el mejor nivel…ahí hay que mirar”, comentó un funcionario del Instituto de Deportes de Cuba (INDER), que pidió el anonimato.
Deportes como el fútbol, balonmano, tenis de mesa, polo acuático, baloncesto y voleibol no han despegado definitivamente al primer nivel o han retrocedido ostensiblemente en los últimos años de deporte revolucionario.
En el caso del más universal de los deportes el panorama actual ha suscitado innumerables comentarios. Se han hecho ingentes esfuerzos para insertarse en la élite mundial, contratando técnicos extranjeros (el ecuatoriano Miguel Company, y ahora el alemán Rehinold Fanz), lo que a todas luces no ha bastado, pues Cuba se encuentra sin ganar un solo partido en el grupo A de la eliminatoria mundialista, a pesar de sobrepasar la veintena de encuentros internacionales previos.
“Si nos quitáramos esa máscara absurda,—continuó el funcionario deportivo— veríamos que solo se puede desarrollar el fútbol cubano, así como otros deportes, si insertamos nuestros jugadores en torneos rentados, y dejáramos esa política insostenible de puritanismo y falso honor”.
“Hay — continuó—, una serie de naciones que tienen competiciones profesionales y que no son países hostiles al nuestro. Me refiero a Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, México, Argentina, Uruguay, Paraguay, etcétera, de los que se pudieran utilizar sus certámenes rentados para elevar nuestra calidad, previos algunos acuerdos económicos con el INDER, así nos evitaríamos muchas de las deserciones que nos afectan cada año y elevaríamos el techo de algunos deportes, pero nuestros dirigentes en ocasiones se tornan paranoicos”.
En los últimos diez años varios han sido los atletas cubanos de esos y otros deportes que han abandonado el país de manera ilegal para probar suerte en lides profesionales de todo el mundo, en busca de alcanzar un tope cualitativo mayor y muchas mejores condiciones económicas. Incluso han llegado a representar el país en el cual se han radicado, como el balonmanista Rolando Urios (España), el kayacista Ángel García (Estados Unidos), y los voleibolistas Taismaris Agüero y Ángel Dennis (Italia), entre otros, a quienes se les niega la entrada a Cuba.
El deporte de la Isla tuvo en la década de los años 90 algunas incursiones en ligas internacionales con jugosos contratos, como fue el caso del voleibol masculino en la Liga Italiana.
Los principales jugadores cubanos del momento (Ángel Dennis, Leonel Marshall, Yosvani Hernández, Osvaldo Hernández, Ramón Gato, Yasser Romero) ocuparon cintillos noticiosos por sus sobresalientes actuaciones y fueron acreedores de varios premios en metálico, los cuales les fueron vetados y cobrados por el INDER.
Luego, sin explicación alguna, autoridades cubanas cancelaron los contratos con los clubes itálicos y privaron a los atletas de los privilegios que su presencia en esa liga les proporcionaba, lo que provocó la deserción masiva a inicio de la actual década y una debacle del seleccionado masculino antillano.
Una experiencia similar tuvieron los futbolistas y balonmanistas en esos años, cuando se hicieron contratos con clubes alemanes, belgas, húngaros y austriacos, cancelados también intempestivamente.
“Yo no veo nada de malo a que los cubanos jueguen en ligas internacionales, pues calidad tienen para eso. Hay deportes en los que no somos buenos, pero hay otros en los que tenemos suficientes atletas como para copar una liga profesional”, dijo Yoennis Márquez, un estudiante universitario de La Habana.
“Si son buenos, pues que los dejen jugar allá y que entren en un acuerdo con el estado”, aseguró por su parte Yolanda Ríos, una enfermera habanera, con quien coincidieron varios cubanos, reunidos en una de las esquinas habaneras.
“Es una cosa lógica, Venezuela y Trinidad & Tobago, han elevado su nivel en el fútbol porque insertaron jugadores en Europa, al igual que lo hizo Puerto Rico con el voleibol, ¿porqué no nos dejamos de boberías y hacemos lo mismo…con condiciones claro”, comentó Senén Rielo en la popular peña deportiva del Parque Central, centro de discusiones de este tipo a diario. “Nosotros los cubanos seguimos mucho los compatriotas que juegan fuera —continuó—, y esas informaciones no se dan por la prensa cubana, imagínese si fuera libre y hubieran más cubanos jugando con los mejores del mundo todo el año…sería mucho mayor la fiesta aquí, aunque es una lástima que con la pelota no se pueda hacer, porque luego no los dejan jugar por Cuba”.
Quizás el caso más publicitado de un antagonismo dudoso entre profesionalismo y deporte cubano es el del béisbol.
Sobrepasa ya la centena de peloteros cubanos que han abandonado las selecciones nacionales o han viajado por disímiles vías fuera de la Isla para buscar una apertura cualitativa y económica, y que han militado o lo hacen aún en ligas profesionales de Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.
El caso del béisbol se antoja diferente en las aspiraciones cubanas de insertar sus jugadores y luego que formen parte de sus selecciones nacionales en los disímiles torneos extrafronteras, pues las franquicias beisboleras (al menos las norteamericanas pertenecientes a las Grandes Ligas) se tornan exigentes a la hora de ceder sus atletas, a diferencia de otros deportes, los cuales incluso tienen este como un acápite de obligado cumplimiento en su federación.
El nivel que han alcanzado muchos países latinoamericanos en el deporte, que están presentes en varias ligas profesionales, ha puesto a Cuba en una situación de intenso análisis en sus aspiraciones de retomar los planos estelares a nivel olímpico y mundial.
Aún hay disciplinas como el béisbol (más allá de las tres derrotas en los últimos torneos mundiales), la lucha, el judo, el boxeo, voleibol (femenino) y atletismo, en las cuales Cuba sigue siendo potencia, amén de ceder algo de terreno en los últimos tiempos. Pero es innegable el retroceso experimentado desde la cita estival de Barcelona 1992, cuando se notó una homogeneidad en la calidad, el rendimiento y los resultados en el movimiento deportivo cubano.
El mundo del deporte y su correlación de fuerzas ha variado y se debe estar a tono con la realidad. Para eso se debe destrozar de una vez, la inmensa campana de cristal en la cual insiste Cuba en mantener su deporte.
Danny, ese artículo está excelente. lo quiero publicar en el blog. me puedes dar más datos tuyos? gracias, Uziel
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