La dicha de tener varios amigos villaclareños y pinareños me ha dado la posibilidad de ejercer varias veces como "juez" en las discusiones beisboleras. Pero en el fascinante mundo de las bolas y los strikes nunca se tiene la verdad absoluta.
El último debate se centró en el desempeño inicial en los clásicos nacionales de Omar Linares y Dayán Viciedo. Deben imaginar que cada bando defendió al pelotero de su terruño como el mejor, y como casi siempre ocurre, los argumentos esgrimidos por unos eran desoídos por los otros, y viceversa.
Durante aquella improvisada peña me arriesgué a decir que Linares ya tiene su historia, y Dayán está por escribir la suya. "Verdad de Perogrullo", gritaron al unísono los primeros; "qué hay con los numeritos", demandaron los segundos.
Entonces, sentencié: "Es cierto que Linares arrancó con más tacto que fuerza, pero no dista mucho de los cuadrangulares conectados por Dayán. Además, la impresión que causó el vueltabajero es insuperable". De esa forma, mis criterios se inclinaban hacia la defensa del bateador más temido de la pelota cubana.
Cuando presencié en la Serie pasada el debut de Viciedo en la esquina caliente de Villa Clara imaginé los inicios del gran Omar. Entonces busqué la edad de ambos al oír la voz de play ball por primera vez en nuestros clásicos: 15 años y más de un mes tenía Linares en la temporada 82-83 y 15 años y ocho meses contaba Dayán en noviembre del 2004.
Por escaso margen, el villaclareño inscribía después su nombre en la rica historia del béisbol cubano de máximo nivel. Además de esta participación entre los mayores, incursionó simultáneamente en las categorías 15-16 años y juvenil.
El muchacho de Remedios, culminó el torneo 44 cubano con un discreto ,237 de promedio ofensivo, 25 puntos por debajo del inusual ,262 de Omar. Pero, triplicó las veces al bate y la producción de extrabases.
Entre las conexiones, destacó su primer jonrón. El hecho lo convirtió en el cubano más joven de la historia en alcanzar ese tipo de batazo. Tenía menos de 16 años y se había adelantado cinco meses a la marca de Linares.
Decretado un alto momentáneo en la presente Serie por la preparación del equipo que nos representará en el I Clásico Mundial, Dayán Viciedo ocupa el noveno lugar en el listado de los primeros bateadores y se encuentra en la preselección de donde saldrá el equipo Cuba a la citada competencia.
Sus actuales ,357, como consecuencia de 86 inatrapables en 241 turnos oficiales, superan en 41 unidades lo alcanzado por Omar en su segundo campeonato. Además, el villaclareño tiene 12 bambinazos y 43 carreras impulsadas en su cuenta, números que representan más del doble de los resultados del pinareño en la contienda de 1983-84.
El último debate se centró en el desempeño inicial en los clásicos nacionales de Omar Linares y Dayán Viciedo. Deben imaginar que cada bando defendió al pelotero de su terruño como el mejor, y como casi siempre ocurre, los argumentos esgrimidos por unos eran desoídos por los otros, y viceversa.
Durante aquella improvisada peña me arriesgué a decir que Linares ya tiene su historia, y Dayán está por escribir la suya. "Verdad de Perogrullo", gritaron al unísono los primeros; "qué hay con los numeritos", demandaron los segundos.
Entonces, sentencié: "Es cierto que Linares arrancó con más tacto que fuerza, pero no dista mucho de los cuadrangulares conectados por Dayán. Además, la impresión que causó el vueltabajero es insuperable". De esa forma, mis criterios se inclinaban hacia la defensa del bateador más temido de la pelota cubana.
Cuando presencié en la Serie pasada el debut de Viciedo en la esquina caliente de Villa Clara imaginé los inicios del gran Omar. Entonces busqué la edad de ambos al oír la voz de play ball por primera vez en nuestros clásicos: 15 años y más de un mes tenía Linares en la temporada 82-83 y 15 años y ocho meses contaba Dayán en noviembre del 2004.
Por escaso margen, el villaclareño inscribía después su nombre en la rica historia del béisbol cubano de máximo nivel. Además de esta participación entre los mayores, incursionó simultáneamente en las categorías 15-16 años y juvenil.
El muchacho de Remedios, culminó el torneo 44 cubano con un discreto ,237 de promedio ofensivo, 25 puntos por debajo del inusual ,262 de Omar. Pero, triplicó las veces al bate y la producción de extrabases.
Entre las conexiones, destacó su primer jonrón. El hecho lo convirtió en el cubano más joven de la historia en alcanzar ese tipo de batazo. Tenía menos de 16 años y se había adelantado cinco meses a la marca de Linares.
Decretado un alto momentáneo en la presente Serie por la preparación del equipo que nos representará en el I Clásico Mundial, Dayán Viciedo ocupa el noveno lugar en el listado de los primeros bateadores y se encuentra en la preselección de donde saldrá el equipo Cuba a la citada competencia.
Sus actuales ,357, como consecuencia de 86 inatrapables en 241 turnos oficiales, superan en 41 unidades lo alcanzado por Omar en su segundo campeonato. Además, el villaclareño tiene 12 bambinazos y 43 carreras impulsadas en su cuenta, números que representan más del doble de los resultados del pinareño en la contienda de 1983-84.
Al comparar el promedio ofensivo de ambos jugadores en sus dos primeras series nos percatamos de una ligera ventaja de Linares: ,306 por ,301. Pero, Viciedo descuella por el poder de sus muñecas para despachar esféricas más allá de las cercas y empujar compañeros hacia al plato.
De integrar la selección nacional al Clásico Mundial, Dayán celebrará los 17 años el día del partido contra Puerto Rico (10 de marzo). Si esto sucede, dejaría en un segundo plano la primera incursión internacional del entonces Niño Linares.
De integrar la selección nacional al Clásico Mundial, Dayán celebrará los 17 años el día del partido contra Puerto Rico (10 de marzo). Si esto sucede, dejaría en un segundo plano la primera incursión internacional del entonces Niño Linares.
Sin dudas, un análisis más detenido y alejado de las inflamadas discusiones que genera el béisbol y su fanatismo me ha brindado la posibilidad de reformularme los criterios expuestos a priori.
Dayán Viciedo emerge como un soberbio bateador, de esos que no nacen todos los días, y aunque tiene mucha historia por escribir todavía emula en cada salida al terreno con las marcas del coloso Omar Linares.
Dayán Viciedo emerge como un soberbio bateador, de esos que no nacen todos los días, y aunque tiene mucha historia por escribir todavía emula en cada salida al terreno con las marcas del coloso Omar Linares.
Quizás, con el paso del tiempo el hoy muchacho prodigio se convertirá en uno de los hombres necesarios del béisbol criollo. Entonces, como ocurrió con Omar, habrá perdido el mote de "El Niño" para tomar el de "El Grande".
Por el momento, he aquí las actuaciones ofensivas de Omar Linares y Dayán Viciedo en sus dos primeras Series Nacionales. Valore usted:
Por el momento, he aquí las actuaciones ofensivas de Omar Linares y Dayán Viciedo en sus dos primeras Series Nacionales. Valore usted:
2 comentarios:
Uziel , para mi no hay duda en una cosa y es que Viciedo ha sido mas valiente e inteligente que Omar y está al menos buscando la oportunidad de probar cuanto vale en verdad. Omar fue un pelotero fuera de serie, pero para la posteridad quedará pendiente la incógnita de si iba a triunfar o no en el mejor beisbol del mundo, Al menos Viciedo lo va a intentar. Eso lo engrandece y desde ya para mi si logra alinear en Las Mayores, sería a partir de ese instante mejor que Omar, como ya lo son Yunieski, Yunel, Alexei, etc. Espero que entiendan lo que quiero decir. Nunca dudaría de la calidad de Omar, sólo que le faltó un examen por rendir. Saludos, Victor.
Víctor, entiendo lo que planteas, pero quizás un camino intermedio para el gran Linares es que será un inmortal por siempre en Cuba. Su calidad no necesita la comparación con otros países. En Cuba fue el mejor y eso es suficiente. Claro, uno podría pensar que la MLB es la cúlmine, pero no todos juegan ahí por diferentes motivos. Tampoco es la misma Cuba de los 80 a la actual, en que el decrépito régimen (ojalá Dios quiera) está en su última fase. En fin, tema para discutir, un abrazo, Uziel
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