domingo, 22 de junio de 2008

El lado B de Josh Hamilton….tocó fondo y ahora ronda la gloria.


Por Víctor Huerta
Ingeniero cubano y fanático pelotero


A propósito de los comentarios reiterados acerca de Josh Hamilton en este blog y considerando que se trata de un caso especial si balanceamos su rendimiento y su vida personal, les hago entrega de algunos datos de interés que hacen mucho más valorable su actual actitud y desempeño y basado en estos podrán ustedes sacar conclusiones.
Fue seleccionado desde la escuela secundaria por Tampa Bay Devil Rays en 1999. En ese momento le dieron un bono de 4 millones de dólares sólo por firmarlo, o sea, algo tenía ¿no?

-En el 2000 fue el jugador del año en ligas menores según la publicación USA Today.
-A partir del año siguiente comenzaron a cambiar las cosas y entró en la espiral descendente de la vida. Sufrió un accidente automovilístico por lo que fue colocado en la lista de lesionados y comenzó a experimentar con las drogas.
-Cayó en el uso de cocaína y alcohol, antes de utilizar otros tipos de sustancias ilícitas como la heroína, el crack y el LSD.
-Estuvo en rehabilitación por drogadicción ocho veces con resultados infructuosos.
-Se perdió tres temporadas y media debido a su problema.
-Durante la época de desenfreno, Hamilton despilfarró todo su dinero, al punto de que del bono de 4 millones de dólares solamente le quedaron $300.000.
-En el 2006 las Mantarrayas decidieron no proteger a Josh Hamilton en el róster de 40 y los Rojos de Cincinnati, lo adquirieron.
-Con Cincinnati finalizó segundo en la votación al Novato del Año, tras ligar 292, con 19 jonrones y 47 impulsadas.
-En ese lapso se casó, tuvo una hija, e ingresó en una iglesia cristiana, factores que influyeron en que se recuperara definitivamente.
-Fue cambiado a Texas por el derecho dominicano Edinson Vólquez (imagínense, ahora se puede decir que fue un cambio justo, considerando la forma del dominicano)
-Actualmente, fuera del terreno comparte su historia con grupos juveniles, iglesias, fanáticos y periodistas.

Evidentemente, por los datos anteriores no se trata de un jugador más o una estrella en ciernes pues aparte de poseer un inmenso talento, su historia personal lo hace doblemente valeroso. Los numeritos son fríos y el rendimiento de un atleta no refleja del todo cuanto vale o cuanto se esfuerza por un resultado o por su realización personal, historias como las de Hamilton, en atletas cubanos, se repite constantemente, sólo que falta un poco de tiempo para que salgan a la luz.

Josh Hamilton de su etapa tormentosa aún conserva los 26 tatuajes que como un sello se mantienen en su cuerpo como recuerdo de su duro pasado. Pero también conserva su esposa, su religión y sus buenos amigos que lo impulsan hacia la parte ascendente de la espiral de la vida, por la que pasamos todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen texto aparte me encanta komo juega