martes, 17 de junio de 2008

Crónica de una muerte anunciada


No hay que ser profeta, pitonizo o general después de la batalla para saber que las barbas de Willie Randolph estaban en remojo desde la temporada pasada, cuando los Mets se desinflaron en septiembre como un globo pinchado por un alfiler.
La paciencia en la MLB tiene un límite y el manager de Nueva York lo pasó. El segundo equipo más caro de la Gran Carpa, con una nómina de 137 millones 391 mil verdes (sólo superado por quien más, los Yankees), está penúltimo a 6,5 juegos de los Filis.

El entrenador de la banca, Jerry Manuel, asumirá interinamente. El entrenador de pitcheo Rick Peterson (dicen que es uno de los mejores de la Liga) y el de primera base, Tom Nieto, también fueron despedidos, en una serie de cambios desatados inesperadamente, luego de que apenas dos horas antes Nueva York venciera por 9-6 a los Angelinos de Los Angeles, informó MLB.com. Esto representa un final frustrante para Randolph, de 53 años, quien iba a ser uno de los entrenadores de la Liga Nacional en el estadio de los Yanquis durante el Juego de Estrellas del mes próximo.

Mi opinión: ¿La salida de Randolph es la solución? No lo sé y no tengo mucha fe que así ocurra. ¿Es culpa del manager saliente el desánimo que ponen los jugadores en el terreno, la falla constante de los relevistas, la irregularidad de los abridores, la edad vetusta de varios jugadores? Esas respuestas las tendremos en los próximos meses. Lo bueno de la salida, para los Mets, es que tienen tiempo para recuperarse y disputar el anillo.

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