viernes, 11 de abril de 2008

Redonda y en caja cuadrada

EN PRIMERA FILA
Por Gilberto Dihigo

"La pelota es redonda y viene en caja cuadrada", viejo adagio beisbolero con ciertos ribetes filosóficos, algo de geometría y mucho de cabalística, es una frase que pasa de generación a generación para calificar lo sorpresivo de este deporte.

Nadie conoce el nacimiento, ni el origen de esta peculiar reflexión, pero todos los degustadores al deporte de las bolas y los strikes la mencionan con aire misterioso cuando un partido anda por el noveno inning y batea su equipo predilecto con tres carreras abajo.
Muchas páginas recoge la historia del beisbol y el deporte en general que muestran como deportistas desconocidos o equipos "Cenicientas" consiguen triunfos sorpresivos y súper favoritos que caen abatidos por la más vergonzosa derrota.

Es como si los dioses que rigen el azar deportivo quisieran lanzar de vez en vez una trompetilla frustrante a los seres humanos para demostrarles que ellos deciden a quienes vencerán o no.

Un caso desconcertante, que aun recuerdan con amargura los furibundos fanáticos de los Filis de Filadelfia, sucedió en 1964. Ese año los Filis lideraban la Liga Nacional con seis juegos y medio de ventaja sobre su más cercano perseguidor y solo le faltaban doce desafíos para terminar la temporada.

Sin ton ni son, los inexpugnables líderes perdieron diez juegos en línea recta y en el decisivo perdieron contra los Cardenales.
Más cercano. En 1988 todos los especialistas daban como favoritos a Yanquis y Mets, sin embargo ninguno de los dos conjuntos llego al clásico de octubre.

Unos fabulosos Dodgers derrotaron a los Mets en la serie play off ante el asombro general. Los Mets ganaron 10 de los 11 encuentros a los Dodgers durante la temporada regular.
Dodgers concurrió a la serie mundial contra unos potentes Atléticos de Oakland, que demostró ser el conjunto más poderoso del año con registro de 104-58, con tres juegos de ventaja sobre Mellizos de Minnesota.

La marca de los Dodgers era de 94-67. Nadie daba un quinto por los angelinos, pero otra vez el destino burlón intervino y ganaron la Serie Mundial en cinco juegos.
¿Qué raro sortilegio esconde que los fuertes caigan y la victoria sonría a los débiles? Quizás ante tantas injusticias sociales, difíciles de acabar, existan esas compensaciones dentro del deporte.
Los historiadores del beisbol cubano memorizan como Martin Dihigo, el "Inmortal", junto a Silvio García realizaron la hombrada en el año 1936 de ganarle al Santa Clara, un trabuco super poderoso.
Ambos estelares jugaban en el equipo Marianao y fueron a la serie decisiva. Santa Clara solo necesitaba un juego y ese nunca llego. Dihigo y Silvio obtuvieron tres triunfos consecutivos, fueron a una serie play off y también la ganaron.

Otra vez la redonda llego en caja cuadrada.

1 comentario:

terreno de pelota dijo...

Gilberto, tu comentario me recuerda el descalabro de los Mets del año pasado. Lo que parecía imposible sucedió, perdieron en fila varios juegos y quedaron fuera, después de ser grandes favoritos. Son las cosas del béisbol poco entendibles, nada, la pelota viene en caja cuadrada. Un abrazo, Uziel