miércoles, 30 de abril de 2008

Los guajiritos de Guanabacoa. I

DE AYER Y DE HOY
Por Jayalía Carlos

(Dedicado al Social Eddy )

Yo nací en " Labana" pero me crié en Guanabacoa (foto del parque José Martí). Ya a los 10 o 12 años me dio la fiebre de la pelota. Los primeros pasos fueron jugar "al corcho" en la calle. Era la etapa preparatoria en el camino a las Grandes Ligas !Juass!

Y aunque ustedes no lo crean, más tarde logré mi sueño. !Si! Yo estuve en el Big Show, en los Yankees y el Boston. Parado en un rincón del Stadium, mirando un duelo entre los dos Colosos. ¿Alguien se atreve a negarme que fui a las Grandes? !JI!JI!JI!
Un día en un partido al corcho y el palo de escoba, un sagaz "scout" me "descubre" Me ofrece un "contrato" y ahí subo el primer escalón hacia la Gloria Olímpica: Los pitenes de Manigua. !JA!

El terreno de pelota más cercano al centro del pueblo, estaba un poco más allá de uno de los barrios de las orillas. Digo, si a eso se le podía llamar terreno de pelota, una pequeña explanada llena de piedras, huecos y matorrales.

El espacio era tan reducido que nada de cuatro bases como es normal, jugábamos en una especie de triángulo con Home, Primera y Segunda, de tercera base nada. Por la banda derecha del conuco había una serie de lomas bajas. A nosotros nos lucían la Sierra Maestra, y por el right field estaba el "Himalaya", una enorme loma cuyo pico parecía el de un volcán dormido. El fielder por esa banda, más que traje de pelotero, tenía que usar un equipo de subir montañas. !JUASS!
Cuando le daban un fly por allí, tenía que poner el carro en primera y bufando y sudando como un buey, allá iba loma arriba a ver si podía atrapar la bola.

Pero eso no era lo peor. Por la zona del leftfield el terreno se acortaba y el límite de la explanada era el borde de un barranco en cuyo fondo corría un arroyo las más de la veces sucio y fangoso.
El Left Fielder tenía que ser un experto en balística y de acuerdo con el sonido del impacto del bate a la pelota y la altura del fly, calcular si lo podía atrapar o si la bola iba a caer en el abismo y el arroyo.

Allí jugábamos contra pitenes de otros barrios. El más temible de todos eran los "matreros" del Barrio La Jata. Ese barrio estaba por allá, por otros límites del pueblo donde había varias envasadoras de la famosa Agua Mineral de La Villa.
Esos desgraciaos "aborígenes" de La Jata, nos derrotaban las más de las veces. Había una gran rivalidad, si no otra cosa, entre los dos bandos.

Cada Team llevaba una pelota y el que ganaba se llevaba las dos. Nos tenían arruinados los muy cabrones. Una vez vamos a un desafío contra el odiado enemigo de La Jata. La suerte, como siempre, contra nosotros.
Ese día hasta teníamos un jugador de menos. La Pelea de León a Mono. Y casi al comenzar el juego, damos un suspiro de alivio: acaba de aparecerse en el terreno un muchachón, al verlo nos quedamos asombrados. El tipo viene vestido con un flamante uniforme, un guante de paquete y lo mejor: trae un bate y una pelota nuevecitos.

El traje es de un fondo gris claro con rayas negras verticales y el el pecho el famoso nombre "Yankees". Un uniforme en miniatura, una réplica del traje de los famosos Mulos de Manhattan.
Allá corre nuestro "Capitán". Lo saluda: ¿Quieres jugar?-Sí! seguro, ¿Qué base juegas?-Bueno yo lo mismo juego "Dobleplay" que donde me pongan. -!Coñiooo!
Las carcajadas no se hacen esperar. Allá va uno de nosotros y agarra por un brazo al capitán. Lo lleva a un aparte:-Dime, Trompo Loco, ¿piensas poner a jugar a ese "bulto"?-!Pues si!-!No jodas! Mejor nos quedamos "mancos". A ese le tiras un tibor pal "jom" y no le da ni por el asa!-Sí ! Pero tiene bate y pelota nuevecitos! -Bueno! Eso sí es "belda".

El "Capitán" pone al "Dimaggio" a defender el Left Field. Le explica que tenga cuidado con el temible Barranco.
El tipo está desesperado porque le den el chance de jugar y acepta donde lo pongan. Comienza el juego. Varios ininings después uno de los "matreros" enemigos levanta un enorme fly por la banda izquierda. El infeliz "novato" comienza a dar vueltas como un trompo buscando la bola en el infinito azul. Por mucho que le gritan avisándole del peligro, ya es tarde, !Suábana! Allá va el infeliz Barranco abajo pal carajo!

Sale la tropa corriendo al rescate. El tipo en medio de la miasma del arroyo, tinto en mierda. Afortunadamente sólo algunas magulladoras sin importancia. Cuando al fin se seca el fango que lo cubre, se parece al "Hombre Arcilla". !JE!JE!JE! A la Loma del Chiple, que es como en realidad se llama el "Himalaya" de esta historieta.
A esa loma iba con frecuencia con un tío mío a empinar papalotes. Era el lugar donde mejor soplaba el viento. Un día me llamó la atención una serie de formas extrañas que observé en ese lugar. No me parecían naturales. Allí habían hecho algo pero no tenía idea de lo que pudiera ser. Le pregunto al tío y me cuenta: -Mira! Esas zanjas ya difusas por los siglos eran trincheras. Esas aberturas que ves entre las zanjas eran emplazamientos de cañones. Los españoles y sus descendientes cubanos de La Villa, sospechaban que los ingleses, que amenazaban la capital, podían hacer un desembarco por el flanco en Cojímar o Bacuranao.

Y así fue. Esa loma se defendió a sangre y fuego pero los "bárbaros sajones" fueron superiores en número y poder de fuego. En la Villa cayó el Héroe local Pepe Antonio resistiendo hasta el último momento.
Y en la próxima, Eddy, te contaré la vez que fuimos a jugar por vez primera a "Labana".
Nada menos que al Parque José Martí. Imagínate: para nosotros, acostumbrados a fildear en los pedregales y matojos del Chiple, jugar por vez primera en un terreno oficial, con su yerba bien recortadita, la zona de las bases lisas como un plato.
Para nosotros fildear allí era como una "panetelita borracha", un "Dulce e Coco". !JE!JE!JE!

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