lunes, 14 de abril de 2008

El béisbol latinoamericano necesita tener su propio Salón de la Fama

EN PRIMERA FILA
Por Gilberto Dihigo

El auge triunfal de los jugadores de beisbol latinoamericanos en Grandes Ligas obliga a periodistas, directivos, empresarios y aficionados a que sumen esfuerzos por la creación de un salón de la fama latino en este siglo.
Un porcentaje elevado de latinoamericanos juegan para los diferentes equipos y en muchos casos su accionar representan una fuerza decisiva para cada conjunto.
Recuperar para la memoria de las actuales y venideras generaciones a las grandes figuras del beisbol latinoamericano, tanto los que jugaron y aun lo hacen en Grandes Ligas, así como quienes no llegaron por el color de su piel negra, será una tarea satisfactoria que demostrará la calidad histórica de la disciplina dentro de esta región.
Volver la mirada hacia atrás y homenajear a nuestros héroes del ayer reafirmará el orgullo de nuestros orígenes, porque como apuntillo el escritor ingles Oscar Wilde: "el hombre que no se preocupa de su pasado merece no tener porvenir".
Muchos aficionados jóvenes ignoran quienes fueron los primeros de cada nación en penetrar dentro del circuito de Grandes Ligas. No saben que un cubano llamado Esteban Bellán abrió el sendero en 1871. Posteriormente el colombiano Luis Castro jugo en 1902 con Atléticos de Filadelfia.
México tuvo su presencia gracias a Mel Almada con Medias Rojas de Boston en 1933. Venezuela y Puerto Rico irrumpieron por dos lanzadores, Alejandro Carrasquel(1939) e Hiram Bithorn(1942), contratados por Senadores de Washington y Cachorros de Chicago respectivamente.
Kansas City y Bravos de Milwaukee firmaron en 1955 a Héctor López y Humberto Robinson, los primeros panameños, mientras que un año después Oswaldo Vigil con Gigantes de Nueva York iniciaba la marcha dominicana y Denis Martínez en 1976 lo hizo para Nicaragua con Orioles de Baltimore.
Pero en el libro de los recuerdos subyace aquella generación de latinos que hicieron grandes el beisbol en la romántica década de los años 30 y 40 y que no jugaron en Grandes Ligas por diferentes causas y son mencionados como figuras legendarias en las conversaciones de graderías u olímpicamente son olvidados.
Jugadores como el boricua Pancho Coímbra, el dominicano Tételo Vargas, el mexicano Epitacio "la mala" Torres, los cubanos Silvino Ruiz, Manuel "Cocaína" García, Lázaro Salazar "el príncipe de Belén" y el directivo Jorge Pasquel entre otros grandes, merecen el incienso eterno del recuerdo perenne.

José Martí dijo: "Mudan con los tiempos las cosas pequeñas, las grandezas son unas y constantes". Nada cambiara el valor de esos gigantes del pasado y sus importantes aportes, pero vale la pena hacer un esfuerzo por mantener viva sus contribuciones.
Poseer un local donde los niños, aficionados o quienes no conozcan como surgió el esplendor del actual beisbol latinoamericano, ofrecerá una necesaria compensación a esos veteranos que no alcanzaron la televisión, ni la mercadotecnia publicitaria de hoy en día.
Un templo de la fama necesita el beisbol latinoamericano y la tarea en este siglo es crearlo. ¿Están de acuerdo?

4 comentarios:

terreno de pelota dijo...

Gilberto, me matriculo desde ya apoyando tu idea de un Salón de la Fama para latinos. Un solo dato, de los 855 peloteros en la campaña actual, 196 son latinoamericanos, y de ellos, decenas de estrellas. Imagínate si contabilizamos desde el primero al último que ha jugado en la Gran Carpa. El salón es más que necesario, es imperativo.

clara astiasarán dijo...

Totalmente de acuerdo. Y de seguro los venezolanos, domnicanos, puertorriqueños, etc suscriben esta idea.

Anónimo dijo...

De acuerdo, sin dudas. De acuerdo.

Camilo LD

Anónimo dijo...

Señor Dihigo:

Mi Padre fue un Hombre bueno,que me lego sobre todo, amor , Libros y una pasion especial por el baseball,El viejo mio nacio en Palmira ,Cienfuegos y su anecdota predilecta y que contaba incansablemente, era que muchos dias recogia en su camion de trabajo a un muchacho con guante de pelotero para darle un aventon hasta cerca del terreno de pelota donde este iba a jugar,mi Padre en aquel tiempo muy joven y repartidor de galletas contaba con orgullo que este Muchacho pelotero se llamaba MARTIN DIHIGO> un abrazo. Eddy Aleman,Lynchburg Virginia USA