Sadaharu Oh (1), japonés, el mayor jonronero de todos los tiempos: 868 cuadrangulares en 21 temporadas.
Eddie Gaedel (1/8). Un enanito que tomó parte en un partido de béisbol a nivel de Grandes Ligas en 1951. Todo estaba preparado y llegó el día, estaba asignado un doble juego en San Luis entre los Tigres de Detroit y los Carmelitas. Era una tarde de fiesta donde al finalizar el primer partido le llevaron un bizcocho gigante al dirigente Zack Taylor de donde saltó Gaedel portando un pequeño uniforme con el número 1/8 en sus espaldas. Todo el mundo estaba admirado al ver aquel hombre diminuto que parecía un niño de 12 años. Al comenzar el segundo juego y al cierre del primer episodio, San Luis pidió tiempo para anunciar un bateador emergente por Frank Saucer, el número 1/8 Eddie Gaedel. En el estadio hubo un silencio y estalló el asombro, nadie lo creía. El enanito se adelantó al cajón de los bateadores, pero el árbitro principal detuvo el juego. El dirigente Zack Taylor sabía lo que venía y le mostró al árbitro la copia de los documentos de inscripción que habían sido enviados a la oficina de la liga, para que llegaran justo a la hora de cierre del viernes y nadie los viera. El árbitro dejó consumir su turno a Gaedel. Veeck, "viejo zorro" le dijo a Gaedel (de 37 pulgadas de altura) que se agachara al tomar su posición de bateador, su "zona de strike" era de pulgada y media de alto. Veeck le comentó a Gaedel, no le hagas swing a ningún lanzamiento, vas a esperar la base por bolas, "tengo francotiradores en el techo del estadio, le haces swing a la bola y eres hombre muerto". No hizo falta, puesto que el lanzador Bob Cain utilizó su velocidad normal buscando control y el primer rectazo de humo pasó cerca de Gaedel y lo paralizó. Después de dos bolas malas, el receptor Bob Swift se acosto para bajar el blanco, y ya para entonces la fanaticada gritaba y pataleaba y lloraba de risa. Gaedel recibió pasaporte gratis y partió hacia la inicial haciéndole reverencias al público durante el trayecto. Lo reemplazó el titular Jim Delsing en primera y terminó la carrera de Grandes Ligas de Eddie Gaedel
(Escrito por Edwin Kako Vásquez). Derek Jeter (2). Uds. lo conocen.
Babe Ruth (3). No necesita presentación
.Lou Gehrig (4). Es conocido principalmente por el récord de 2.130 juegos consecutivos jugados que se mantuvo por 56 años y su trágico final debido a la enfermedad degenerativa que lleva su nombre; pero aparte de estos datos la figura de Gehrig acarrea una impecable carrera como bateador de poder, ser considerado el mejor primera base de la historia,[1] ser el jugador más votado en la elección del mejor jugador del siglo XX,[2] el sexto mejor según la revista Sporting News[3] y por su personalidad simple de hombre de familia que se ganó la estima de los fans de los Yankees.
Joe DiMaggio (5). En 1941 EE.UU. entero estuvo atento a su memorable hazaña de 56 juegos consecutivos bateando al menos un hit; muchos expertos consideran esta marca como la más grande proeza en la historia del béisbol. Muchos consideran a DiMaggio como el mejor jugador de la historia del béisbol, pues a pesar de sus habilidades naturales, siempre se empeñó en mejorar . En 1969 hubo una celebración centenaria del béisbol : Fue nombrado como el mejor jugador en vida de la historia.
Mickey Mantle (7). Inmejorable bateador ambidiestro de gran poder y uno de los más populares jugadores de la historia de las Grandes Ligas. Jugó toda su carrera profesional para los New York Yankees.Ted Williams (9). Jugó toda su carrera con los Boston Red Sox. Se ha discutido si él es el mejor bateador en la historia del béisbol. Williams fue dos veces el jugador más valioso de la Lig Americana , fue líder en promedio de bateo 6 veces y ganó la Triple corona de bateo dos veces. Terminó su carrera con un promedio de bateo de .344, con 521 cuadrangulares y fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol en 1966. Fue el último jugador de las Grandes Ligas que bateó más .400 en una temporada (.406 en 1941).
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