"Fue el peor año de mi carrera y también le fue muy mal a los White Sox", recordó Contreras, con un dejo de tristeza, ladeando la cabeza de un lado para otro. "En mi caso no era nada físico. En lo personal, me divorcié y cuando uno no está bien con la familia, esas cosas te afectan en todo lo que tú haces". Ahora, a los 36 años de edad (oficialmente), el que fuera uno de los mejores lanzadores de la historia moderna de la pelota cubana se siente con la moral por las nubes, y con la convicción de que puede ayudar mucho más a los Medias Blancas cada vez que se sube a la lomita.
"Me siento mucho más preparado para lanzar cada cinco días en las Grandes Ligas y cada día aprendo un poco más de cómo trabajar en esta pelota", indicó Contreras.
"Me siento mucho más preparado para lanzar cada cinco días en las Grandes Ligas y cada día aprendo un poco más de cómo trabajar en esta pelota", indicó Contreras.
"Desde el primer juego de la temporada, aunque perdimos esa noche [por 10-8 el 31 de marzo] con los Indios, este equipo me hace recordar al del 2005", comparó el derecho antillano. "He notado que este es un grupo de peloteros 'joseadores' [que se esfuerzan al máximo siempre, sudando la camiseta], tanto en el terreno, como en el banco y en el clubhouse, parecido al de hace tres años. Hasta cuando vamos en el autobús se nota el espíritu unido de este equipo. Eso es bien importante en la pelota".
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