Anoten el nombre de este novato chico de 23 años, 6,4 pies, hijo de cubanos, nacido en Bradenton, FL y proveniente de la Universidad de Miami: Christopher Ralph Perez, más conocido como Chris Pérez. Con esta anécdota les quedará clara su calidad y proyección.
El miércoles pasado Tony La Russa, uno de los más ganadores, eficientes y astutos managers en la historia de las Grandes Ligas, lo trajo de relevo en el octavo con 1 out en contra de los Marlins, ganando por una carrera.
El derecho cerró el ining con sus rectas de 97 millas, y slider a 89 millas y la típica agresividad y coraje de los lanzadores cubanos. En el noveno le tocó batear con dos hombres en base. ¿Qué hizo La Russa? Lo normal hubiera sido traer un emergente al bate para ampliar la ventaja que era de dos, y tirar el noveno con su cerrador estrella Isringhausen. Pero no, dejo al bate a Pérez, quien se ponchó, pero le colgó el cero en el noveno.
Ese tipo de estrategia no se ve mucho en el béisbol, pero cuando se hace hay que sacarse el sombrero.
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