Ese parece ser el dogma de muchos manager de las Grandes Ligas, quienes pese a tener a un lanzador dominando a diestra y siniestra igual lo sacan.
De muestra un botón: Peavy acaba de lanzar 8 entradas, permitió 0 carrera, 5 hits, ponchó a 13 en un cerradísimo juego ante Colorado 1-0, y en el noveno trajeron a Hoffman.
¿Resultado? Le empataron el partido al relevista y Peavy perdió la opción de ganar su décima victoria. (San Diego hizo una y ganó).
Entiendo que hay que cuidar los brazos y tener lanzadores especializados, pero hay que tener criterio y sentido común para tomar las decisiones.
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