sábado, 19 de marzo de 2011

Llegó la hora cero para el cubano Solís

VITALI KLITSCHKO y Odlanier Solís (der.) posan tras el pesje oficial.
VITALI KLITSCHKO y Odlanier Solís (der.) posan tras el pesje oficial.
MARTIN MEISSNER / Assciated Press

Odlanier Solís no ha olvidado los primeros días en Alemania durante la fría primavera del 2007, ni ese mes marzo en que apenas pudo salir a la calle porque llovía constantemente y no tenía la más mínima idea de lo que sucedería con su carrera ni con su vida. Es la parte dura de los comienzos.

Días para el olvido.

El gigante cubano (17-0, 12 KO) lo recuerda todo ahora que regresa al país germano por segunda vez y en un nuevo marzo para su pelea por el título mundial de la división pesada contra el campeón ucraniano Vitali Klitschko (41-2, 38 KO).

"Este es un país magnífico, donde todo funciona como un mecanismo de reloj y desde ese punto de vista, nada cambiado. El que ha cambiado soy yo'', expresó Solís vía telefónica con El Nuevo Herald desde Colonia, donde tendrá lugar el combate. "Cuando estuve aquí la otra vez, tenía algunas dudas, lógicas, sobre que pasaría conmigo, aunque nunca sentí miedo. Una vez que comencé a entrenar, todo cambió. Subí a un ring y volví a nacer''.

Solís había escapado -en diciembre del 2006- de una delegación antillana que entrenaba en Venezuela para los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro junto a los también campeones olímpicos Yuriorkis Gamboa y Yan Barthelemy, y tras una breve estancia en Miami, voló a Alemania.

Y ahora regresa a otra primavera fría, típicamente europea, pero con el corazón caliente por el compromiso que justificaría, este sábado por la noche, toda su existencia, desde el momento inicial en que se colocó un guante en su mano en un gimnasio de La Habana hasta la última sesión de sparring en pleno centro de Colonia.

¿Cómo le suena la frase en los oídos?

"Primer campeón mundial cubano en el boxeo profesional'', expresó Solís. "Suena bien, muy bien, pero no digo nada de eso, no pienso en eso. Sólo me enfoco en la tarea por hacer, en la pelea, en mi plan de trabajo, en que tengo un rival que vencer. Cuando termine el combate, entonces celebraré''.

Dígase lo que se diga y pese a su larga historia boxística, la isla ha tenido pocos pretendientes al cetro mundial de la división máxima del pugilismo rentado.

Giraldo "El niño'' Valdés estuvo entre los mejores en la década de los 50, pero nunca pudo ganar una faja. Jorge Luis González, quien abandonó Cuba a finales de los 80, perdió por nocaut contra el entonces campeón Riddick Bowe en 1995.

Y más recientemente, en el 2009, Juan Carlos Gómez cayó por nocaut en el noveno asalto ante Vitali Klitschko, este mismo Vitali que espera convertir a Solís en una estadística más entre sus defensas titulares.

Solís espera cambiar la historia.

"Hay quien dice por ahí que no respeto a Solís y es todo lo contrario'', comentó Klitschko. "Si he sido campeón durante tantos años ha sido porque nunca he subestimado a ninguno de mis contrarios. Solís fue un digno campeón amateur y creo que mi experiencia como profesional hará la diferencia, pero que no crea que no lo tomo en serio. Sería un error de su parte''.

El cubano, sin duda, no es el favorito de los expertos, aunque sí le conceden un grado mayor de posibilidades para destronar a Klitschko que a la larga fila de rivales enfrentados por el ucraniano en los últimos tiempos.

A pesar de que muchos le tachan de aburrido y mecánico en los cuadriláteros, lo cierto es que Klitschko no ha perdido ni un asalto desde diciembre del 2004, cuando defendió su título del Consejo Mundial del Boxeo por primera vez contra el británico Danny Williams.

Solís espera cambiar la historia.

"El mundo está cansado de los hermanos Klitschko [el otro es Wladimir también campeón mundial pesado], está cansado del tedio que provocan con su boxeo aburrido'', recalcó el promotor de Solís, el turcoalemán Ahmet Oner. "Odlanier es la sangre nueva que viene a revivir la división. Odlanier es la sangre de América, la sangre de Cuba''.

Pero Solís no quiere saber nada de la historia, ni de lo que representaría un triunfo suyo, y trata de mantener la calma sin escuchar el estruendo exterior. "Es una esfinge'', suele decir su entrenador, Pedro Luis Díaz. "Nunca pierde el aplomo''.

"No es que no esté consciente de lo que está en juego'', explicó Solís. "Pero pensar en eso es pensar en lo externo y no en lo fundamental. Lo importante es vencer a Vitali. Si lo hago, como espero, tendremos fiesta en Miami''.


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